Nota Editorial:

Hiere mis ojos,
ya nada importa,
solo una sombra,
soy en el monte,
hijo del viento,
y de las plantas,
nieto del río,
y la montaña,
cuando serena,
despunta el alba,
siembro caminos,
con quiebrapatas.

Buitres Blancos...Punk Rock...

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jueves, 11 de febrero de 2010

Brigada de Amonio

Hemérido sufragó licuando entre tiempos de nadares olvidados por el ojo humano de los vientos,
retrotrajo los restos de sus pasados para pisarlos, sacarles el jugo y mostear a lo loko.
Marear la mejor paz armada y vengativa de todos los tiempos desde Kissinger del Condor Negro.
Pasan de tan siniestros sujetos supremos las notas del paso de La Apocalipsis, un síndrome que igual tiene algo adentro y por más que sea la peor mierda tiene derecho a cambiar o morir por la fuerza.
Nadie tiene la cura para el peor de los males más que la muerte,
solo Dios (La Lúz más pura) opera atrasando caminos para volver a él,
su ausente presencia no evidencia más que el exceso de poder y eso solo se logra conociendo sus propios límites y expandiéndolos siempre pensando en lo natural y bastardeando lo industrial y avaro que solo busca hacer negocios con el valor agregado de la vida como si fuera un ladrillo.
Tiempo a volver he dicho que la lluvia se mea sobre todos y a mi me encanta sacar el culo de la cabeza, sobar el viento con las manos y también tomar el Sol con las palmas.
Puedo en un segundo catapultar mis restos en el vacio del recuerdo para hablar con mis amigos que no están si quiero materializarlos en mis pensamientos y reconstruirlos con el recuerdo.
Es mi sombra la que va delante mio o la tuya que carajo importa todo es un cuento de un teatro en el que todos actúan con mayor o menor seriedad, hablar con más o menos verdad depende pura y exclusivamente de de los miedos que uno retenga de cambiar el Mundo que vacila no querer cambiar para expandir el pánico y las pandemias.
Grosso pensar que está contaminando la Tierra con productos químicos de sus amigos familiares
micos ricos navajudos que se creen propios del cajón, la pala, y la tierra del cementerio.
Malevo San la Muerte habló con San la Nuéz y reorganizó el complot angelical anti-nazi para matarlos a todos con el Tío Sam, sus laboratorios de pestes, y el Controlador Mundial del Clima.

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